Más allá del Ejercicio, la Nutrición y el Sueño, el uso frecuente de la Sauna parece tener importantes beneficios en la salud

Cuando pensamos en hábitos que impactan positivamente en nuestra salud y longevidad, usualmente nos vienen a la mente el ejercicio, la nutrición y el sueño. De hecho, estos son los pilares centrales de mi blog. Sin embargo, algo que no solemos asociar con mejoras en la salud y la longevidad es el uso de la sauna.

Descubriendo los Beneficios de la Sauna

A menudo consideramos la sauna simplemente como un momento de relajación que nos concedemos de vez en cuando. Sin embargo, numerosos estudios resaltan la relación entre el uso regular de la sauna y una variedad de beneficios para la salud, entre ellos:

  • Beneficios Cardiovasculares: Disminución del riesgo de padecer enfermedades coronarias, incluyendo ataques al corazón y derrames cerebrales. Considerando que estas enfermedades son una de las principales causas de mortalidad, el hecho de que el uso regular de la sauna pueda ofrecer protección contra ellas creo que es una excelente noticia.
  • Reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas: como la demencia y el alzhéimer.
  • Reparación celular y reducción de la inflamación crónica.
  • Excreción de metales pesados a través del sudor: La intensa sudoración permite al cuerpo eliminar toxinas acumuladas, incluidos metales pesados que no se excretan fácilmente por la orina.
  • Relajación y reducción del estrés: La estimulación de la liberación de endorfinas, hormonas del bienestar, contribuye a disminuir el estrés y mejorar los síntomas de la depresión.
  • Reducción de la hipertensión: El calor favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación sanguínea, lo que puede optimizar la función del corazón y reducir la presión arterial en personas con hipertensión leve.
  • Reducción de la atrofia muscular: El incremento en la circulación sanguínea puede aliviar el dolor muscular y la rigidez articular, además de favorecer la recuperación después del ejercicio intenso.
  • Aumento de la expectativa de vida saludable: La suma de estos beneficios puede contribuir a una vida más larga y saludable.

Mi Encuentro con la Doctora Rhonda Patrick

Descubrí todo esto hace un par de años escuchando a la Doctora Rhonda Patrick, que es toda una experta en la materia. Si te interesa este tema, te recomiendo visitar su sitio web FoundMyFitness, donde encontrarás varios artículos y podcasts sobre los beneficios de la sauna para la salud.

La Ciencia Detrás de la Sauna

Los estudios realizados en torno a la sauna evidencian una asociación entre el uso frecuente de la sauna y una disminución en la incidencia de eventos adversos para la salud, como ataques al corazón, derrames cerebrales, demencia y alzhéimer. Sin embargo, aún no se ha determinado con exactitud cuáles son los mecanismos específicos que generan estos beneficios. Por lo tanto, este es un tema que necesita de más investigación.

Lo que sí se conoce es que el uso de la sauna produce en nuestro cuerpo un efecto muy similar al que experimentamos al hacer ejercicio aeróbico de intensidad moderada. La sauna al igual que el ejercicio incrementa la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, provoca sudoración, mejora la circulación sanguínea… A nivel molecular, se ha demostrado que la sauna activa unas proteínas denominadas Proteínas de Choque Térmico (Heat Shock Proteins, HSP), que desempeñan roles cruciales en las células. Las HSP se generan en respuesta a condiciones de estrés celular, como las altas temperaturas experimentadas durante el uso de la sauna. Entre sus funciones beneficiosas, las HSP previenen la formación de placas que están asociadas con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. Además, asisten en la reparación o el reciclaje de proteínas dañadas y ayudan al sistema inmunitario a reconocer y responder a patógenos.

El Ejercicio es el rey, pero la Sauna tiene un efecto similar

La similitud en los efectos que tanto el ejercicio como la sauna producen en nuestro cuerpo resulta particularmente interesante. Podemos pensar en la sauna como complemento para quienes, como yo, practican ejercicio regularmente. Pero, quizás es todavía más interesante para aquellas personas que, por las razones que sean, no pueden hacer ejercicio y sin embargo, con un uso regular de la sauna pueden llegar a beneficiarse de efectos similares a los del ejercicio.

La Clave está en la Frecuencia. La Regularidad Afecta los Beneficios

Otro aspecto muy importante revelado por estos estudios es que los beneficios obtenidos dependen en gran medida de la frecuencia con que se usa la sauna. Por ejemplo, un estudio realizado en Finlandia, en una población de más de 2000 hombres a los que se hizo un seguimiento durante aproximadamente 20 años y que fue publicado en JAMA Internal Medicine en 2015, mostró que las personas que utilizan la sauna de 2 a 3 veces por semana experimentan una reducción del 22% en el riesgo de sufrir un ataque al corazón en comparación con aquellas que utilizan la sauna solo una vez a la semana. Mientras que, aquellos que la usan de 4 a 7 veces por semana ven una reducción del 63% en dicho riesgo.

Para maximizar los beneficios en la salud, se recomienda usar la sauna al menos 4 ó 5 veces por semana, durante al menos 20 minutos por sesión.

Adaptando Tu Cuerpo al Calor

Sin embargo, si no estás habituado al uso de la sauna, es probable que, de primeras, no soportes una sesión de 20 minutos. Será necesario que tu cuerpo se acostumbre gradualmente al calor.

Normalmente, al entrar a la sauna después de una ducha de agua fría, la primera sensación suele ser muy agradable. Pero, llega un punto en que, al empezar a sudar y notar cómo tu corazón se acelera, la sensación se vuelve menos agradable. Si logras superar ese momento y permaneces en la sauna durante 20 minutos, es entonces cuando realmente puedes obtener los máximos beneficios.

Hormesis: El Principio Científico Detrás del Beneficio

En este contexto, la doctora Rhonda Patrick hace referencia al concepto de hormesis, el cual implica que someter el cuerpo a dosis bajas de estrés, como el calor experimentado en una sesión de sauna a 85-90ºC durante 20 minutos, resulta beneficioso para el organismo. Este tipo de estrés moderado activa los mecanismos de defensa del cuerpo, lo que a largo plazo puede contribuir a una mayor resistencia y a la mejora de la salud general.

Uso Seguro de la Sauna

Aunque la sauna ofrece muchos beneficios potenciales para la salud, también tiene contraindicaciones. Por ejemplo, no se aconseja la sauna a mujeres embarazas o niños, ni personas con condiciones médicas preexistentes como enfermedades cardíacas, presión arterial alta o baja. En estos casos, se recomienda consultar con un médico antes de empezar una rutina de sauna. Por lo demás, impera el sentido común: notarás cuándo debes salir de la sauna y, en cualquier caso ten en cuenta que 20 minutos es tiempo suficiente para obtener los beneficios de la sauna.

Añadiendo la Sauna a tus Hábitos Saludables

Quizás, como yo, ya haces un esfuerzo consciente por mantenerte sano a través del ejercicio, la nutrición y un buen descanso. Sin embargo, puede que no consideraras o hayas subestimado el poder de la sauna, una tradición milenaria que ha sido validada por la ciencia moderna. En ese caso, te animo a incluir el uso de la sauna en tu repertorio de hábitos saludables. \\